11. El tratamiento moral de la locura

11. El tratamiento moral de la locura

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F. Leuret. 2001.
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Autor: F. Leuret.
Año: 2001.
Número en la colección: 11.
N. Páginas: 254.
Tamaño: 21 x 15 cm.
Ilustraciones: No.
ISBN: 84-95287-12-9.

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Peso 0.415 kg

Índice

Francois Leuret: terapia e intimidación moral, por R. Huertas. 7

Consideraciones generales. 17

Capítulo I.
Aunque sea cierto que la locura depende de una alteración encefálica se ignora por completo en que consiste dicha alteración. 21
I. Grosor de los huesos del cráneo. 21
II. Lesiones de las meninges. 22
III. Alteraciones del aflujo sanguíneo: Hiperemia del cerebro. 24
IV. Hipertrofia y atrofia del cerebro. 26
V. Edema cerebral. 29
VI. Alteración de la densidad del cerebro. 30
VII. Alteración en el color del cerebro. 34
VIII. Adherencias de las meninges a las circunvoluciones cerebrales. 36
IX. Granulaciones en la superficie de los ventrículos cerebrales. 36
X. Adherencias anormales en las capas fibrosas del cerebro. 36
XI. Todos los autores coinciden en que hay alienados cuyo cerebro no tenía ningún tipo de alteración. 37
XII. Los frenólogos han intentado sin éxito aplicar su sistema en su intento de localización de la locura. 42
Resumen y conclusiones. 49

Capítulo II.
El tratamiento moral utilizado por la mayoría de los médicos solo se considera como elemento auxiliar del tratamiento físico. 51
I. Calmeil, médico de Charenton, denomina tratamien­to moral al que se practica por medio del razona­miento, la persuasión y el temor; y considera el trata­miento puramente físico como un logro. 52
II. El tratamiento moral, en Charenton, es nulo o casi nulo, según Moreau, Malherbe y Bayle, antiguos alumnos de dicho hospicio. 57
III. El tratamiento moral aplicado por Pinel. 61
IV. Esquirol considera el tratamiento moral de la locura de la misma manera que Pinel; el primero formula los preceptos de este tratamiento pero los aplica muy restringidamente. 64
V. Georget considera el tratamiento moral como un simple apoyo del tratamiento físico. 70
VI. Los descubrimientos anunciados por Falret sobre la causa última de la locura, si fuesen ciertos, harían inútil todo tratamiento moral. 72
VII. Voisin no opina que el médico deba actuar sobre la inteligencia de los alienados sino únicamente sobre sus pasiones. 74
VIII. El tratamiento recomendado por Foville sólo resulta ventajoso, según él, para los convalecientes. 75
IX. Las bases del tratamiento de los alienados, según Pariset, son la justicia, la bondad y la recomposición del cerebro. 78
X. El tratamiento de los alienados debe tener como finalidad principal, según Ferrus, devolver, con ayuda de agentes físicos, el órgano de la inteligencia a su estado normal. 80
XI. Todos los tipos de delirio dependen, según Broussais, de un único fenómeno orgánico, a saber: la irritación cerebral. 83
XII. Guislain recomienda el reposo del cerebro de los alienados sin exceptuar a los monomaníacos. 84
XIII. Ejemplo de un tratamiento puramente físico, aplicado por Morison en un caso de monomanía. 87
XIV. Algunos espiritualistas alemanes consideran la locura como una enfermedad mental y la tratan con castigos; otros sitúan su sede en el cerebro y la abordan sobre todo con remedios físicos. 90
XV. Bases del tratamiento de la locura. 94

Capítulo III.
La inteligencia y las pasiones no pueden volver a la normalidad en los alienados sin el auxilio del tratamiento moral, que es el único que influye directamente en los síntomas de la locura. 97
I. Alucinados. 111
Herencia y embriaguez. Alucinaciones auditivas y visuales; pensamientos eróticos y ambiciosos
Encarcelamiento por un delito político. 112
Producción del pensamiento, acompañado por una alucinación auditiva; rechazo a hablar y a alimentarse. 123
Práctica del magnetismo animal; lec­tura de obras místicas. Alucinaciones de la vista, del oído y de algunas partes de la superficie cutánea; absti­nencia prolongada de alimentos y otras mortificaciones ordenadas por los espíritus. 130
Reveses políticos. Intento de suicidio. Alucinaciones auditivas. 133
Terror súbito, herida en la cabeza. Alucinaciones de la vista, el oído, el tacto, alucinaciones olfativas y gustativas. 139
II. Individuos que desvarían a causa de antiguas aluci­naciones. 144
Vida sedentaria, trabajo asiduo.
Preocupaciones delirantes y alucinaciones. 144
Embriaguez. Alucinaciones auditivas y visuales, ideas delirantes. 148
Amor contrariado. Alucinaciones auditivas y visuales, ideas ambiciosas. 150
III. Lipemaniacos con o sin alucinaciones. 154
Herencia, carácter triste, temor a ser mirado como si fuese el cómplice de un ladrón. Aberración de la sensibilidad, pensamientos oscuros, desesperación. 155
Vida excesivamente sedentaria y abu­rrida; régimen astringente; terror a la condena y a la inmortalidad sobre la tierra. Sensaciones perversas. 159
Onanismo y otras costumbres vicio­sas, terror a la policía. Abatimiento, apatía, aparente estupidez, continuas inquietudes, suicidio. 164
IV. Meros particulares que quieren casarse con princesas. 171
Vanidad y amor. Pedida de matri­monio a una princesa. Desorden de la inteligencia Nevada hasta la manía. 173
Vanidad, preocupaciones políticas. Ideas ambiciosas, delirios, falsas interpretaciones, agitación, gritos durante siete años consecutivos. Incuabilidad y reconocimiento de la enfermedad. 177
V. Civilizadores y regeneradoes del mundo. 190
Deseo de reformar la sociedad. Búsqueda de un desierto y de un pueblo que acepte someterse al sistema de la humanización. 191
Embriaguez, frecuente trato con jacotistas. Ideas ambiciosas, voluntad de civilizar el mundo. 193
Encuadernación de actas públicas, preocupaciones ambiciosa. Proyecto de reformar la socedad con ayuda de «una gran liga» formada por el conjunto de todas las encuadernaciones de Francia: escándalo en la Cámara de los Diputados. 195
VI. Portadores de títulos y de dignidades imaginarias. 201
Vanidad: proyectos de refoma para la disciplina eclesiástica. Creencia en una permanente conspiración de los médicos contra la religión: quimeras ambiciosas. 202
Muerte de un paciente. Confusión política. Titulos imaginarios. Ideas de falsas riquezas. 209
Ociosidad; lectura de periódicos. Ideas ambiciosas. Cartas entregadas en las Tullerías para reclamar el Imperio. Tenencia de puñal y de armas de fuego cargadas. 211
Educación afeminada, excesiva vanidad. Ideas de grandeza, concepciones delirantes. 213
Causa desconocida. Ideas ambiciosas. Concepciones delirantes. 220
Herencia: insolación. Apatía, ideas ambiciosas muy llamativas, por ser tan numerosas como extrañas. 227

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